2 de enero de 2014

Rush


Rush no es la típica película de coches. Han acertado de lleno con el balance entre historia y espectacularidad que tiene y hay varios elementos destacables como la dirección y la fotografía así como también las actuaciones de los protagonistas, sumando a todo ello una banda sonora cumplidora.

Chris Hemsworth (James Hunt) no es que me encante como actor, ya que me parece descafeinado y falto de registro, pero creo que ha nacido para interpretar el papel que tiene en Rush y por tanto no desentona en absoluto. Cumple sobradamente. Daniel Brühl (Niki Lauda) simplemente lo clava. Me encantó su personaje, sobre el cual no me planteo si se adapta o no se adapta a la realidad porque no me hace falta. Quizá la historia aporte el contexto y los datos sobre la personalidad de Niki Lauda pero es Daniel Brühl el que crea al personaje. Lo hace de maravilla.

La rivalidad entre los dos protagonistas es el motor de la película
En cambio los actores secundarios, con la excepción de Alexandra Maria Lara (la mujer de Niki Lauda en la película), me produjeron indiferencia. Olivia Wilde me ha parecido totalmente plana sin nada a destacar y supongo que la palabra con la que mejor la identifico es artificialidad.

El guión, de Peter Morgan (The Damned United, Longford, Frost contra Nixon, The Queen), es de manual. Pero acierta con el planteamiento ya que se ha dado en el clavo a la hora de encontrar los elementos sobre los que sostener la película. La historia avanza gracias a las personalidades de sus dos protagonistas, lo cual sería imposible sin el buen hacer de ambos actores, las cuáles van chocando tanto en la pista como en conversaciones envenenadas entre bastidores. Y lo mejor de todo es que en cada uno de estos momentos van a alternar sus roles de héroe y villano. Este baile de roles ayuda mucho a la película durante la primera hora para luego dejarles al mismo plano. Durante la segunda hora la historia ya no es una lucha entre dos personalidades antagonistas que se odian entre sí; es una competición a muerte entre dos rivales que se respetan. Este cambio de mentalidad hace que la película no caiga en el tedio y en la repetición.

En cuanto a la dirección, Ron Howard es cumplidor. Sabe cuando la película debe parecerse a una del estilo de Damned United, basada en escenas de diálogo y cuándo debe tomar ejemplo de las películas más modernas de coches con sus planos desde el asfalto y vivos colores. El contraste entre las escenas de conducción y las escenas en las que el peso recae en las actuaciones es muy gratificante. Ambos tipos de escena está bien rodadas y en la parte de Japón creo que la fotografía alcanza su mejor nivel.

Japón, la batalla final
La banda sonora acompaña. No es una gran banda sonora pero cuando tiene que aportar a la emoción del momento lo hace.

En general es una película que creo que tiene mucho más de lo que parecía. Me ha sorprendido gratamente.

7 (medio)/10

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