7 de noviembre de 2013

Enemigo a las puertas


Dirección: Jean-Jacques Annaud || Guión: Jean-Jacques Annaud (guión), Alain Godard (guión) || Reparto: Jude Law, Ed Harris, Rachel Weisz, Joseph Fiennes, Bob Hoskins, Ron Perlman, Gabriel Thomson || Fotografía: Robert Fraisse || Montaje: Nöelle Boisson, Humphrey Dixon || Música: James Horner || Director artístico: Peter Francis, Neil Lamont, Steven Lawrence, Dominic Masters || Decoración del set: Simon Wakefield || Casting: John Hubbard, Ros Hubbard || Diseño de vestuario: Gudrun Leyendecker, Janty Yates || Productor: Jean-Jacques Annaud (productor), Alain Godard (productor ejecutivo), Rolland Pellegrino (productor ejecutivo), Jörg Reichl (productor ejecutivo), John D. Schofield (productor), Alisa Tager (productor ejecutivo) || Full Cast & Crew

A veces la revisión de una película no vista desde el estreno produce una caída en la consideración que la tenemos. Es el caso de Enemigo a las puertas. Un ocho (vista cuando se estrenó) que cae al cinco por lo que no ha aguantado su revisión. 

La película lleva un ritmo cansino y pesado que avanza a trompicones una vez hemos pasado la media hora inicial. Creo que esto se debe al empeño en extender una historia de amor (aunque históricamente existió Tania, existió Zaitsev y fueron amantes) que diluye el argumento principal que es el enfrentamiento entre el Mayor Köning (Ed Harris) y Zaitsev (Jude Law).


Enemigo a las puertas no tiene prácticamente escenas de tensión palpable. Quizá la única que pudo haber llegado a un nivel aceptable de tensión es la de la fábrica de tractores en la cual Köning acorrala a Zaitsev. Durante el resto de la película no tuve sensación de ver una relación entre la presa y el cazador y no consiguió introducirme en el  duelo entre francotiradores que estaba deseando. No se plasma en absoluto la capacidad de los francotiradores para rastrear a su presa, para estar quietos horas y horas esperando a su objetivo, su frialdad o la tensión. 

Tengo claro que lo mejor de esta película es Ed Harris con mucha diferencia. Pero atención, me refiero al actor y no al personaje desarrollado por el guión. El hecho de que Ed Harris haya perdido a su hijo en la guerra no aporta nada a un personaje que, si no fuese por el propio Ed Harris sería absolutamente plano. Durante la película no se aprecia en ningún momento alguna consecuencia de esta  No habla muy bien del guión nada de esto. Y el único intento del guión por aportar alguna pincelada a la personalidad de Köning es brutalmente maltratado al final de la película con el asesinato de Sascha; el cual no casa en absoluto con la poca personalidad del Mayor Köning construida durante las dos horas anteriores.

Espera, que se me ha olvidado algo en Alemania. Ve yendo tú que ya voy yo después.
El resto de personajes la verdad es que me parecieron como objetos fuera de su tiempo y lugar. Zaitsev, el Comisario de la NKVD, Tania y el resto de soldados soviéticos en Stalingrado parecen tan felices y optimistas en esa ciudad hecha infierno que cuesta creer que al día siguiente vayan a volver a una guerra en la que o avanzas para que te maten los alemanes o retrocedes para que te maten los tuyos por desertor. Además, cuesta creer que los soldados se montaran tales fiestas como la que se montan al final de la película cuando solo tenían una ración de vodka al día en el frente.

La película nos presenta a Zaitsev como un genio del rifle que de repente está alegre y optimista para después decaer en el pesimismo y el derrotismo para luego enamorarse y luego ya uno no sabe si se cabrea o si va a la estación de trenes porque es lo que toca. Al final, ni genio del rifle ni leches. Si le gana la batalla a Ed Harris es gracias al sacrificio de un tercero. Lo cual es un error por parte del guionista ya que lo lógico hubiese sido cerrar el tercer acto con un duelo mítico entre francotirador.

      ¿Nos vamos a tomar algo?                                                                                                      
                                                                                         Ve tú, que yo me he levantado de resaca
El personaje del comisario Danilov sí me pareció algo más realista que los dos anteriores, aunque no deja de molestarme un poco el hecho de ver a un comisario del NKVD tan amistoso y cercano. Al menos representa la comodidad y la posición privilegiada de la que disfrutaron los comisarios del NKVD y los distintos sentimientos que puede inspirar en un hombre dicha posición. 

Luego tenemos a Tania. Personaje que parece más preocupado por volver al frente debido al amor de Zaitsev que de volver al frente para hacer pagar a los alemanes la muerte de su familia. Personaje que podría haber aportado mucho más a la película como complemento de Zaitsev en el campo de batalla pero que en vez de eso es subyugado a la figura de Zaitsev en una historia de amor que se alarga mucho más de lo necesario.

Una dirección correcta, sin ser sorprendente, y una fotografía oscura y nublada por el fuego de la ciudad en llamas debido a los bombardeos sirven para dar el toque bélico que al guión le falta en muchas escenas.

Pero lo más negativo de la película fue la banda sonora. Una banda sonora cansina y repetitiva a la saciedad que no consigue ensalzar en absoluto las escenas de la película cuando ya has escuchado el mismo tema durante una hora. Al final acabé bastante harto de tener la misma melodía de fondo una y otra y otra vez.  

Además, y desde el punto de vista del rigor histórico, una vez presentados los detalles obvios que un film sobre Stalingrado debe mostrar como la ciudad ardiendo, el desprecio de los soviéticos hacia sus tropas, bombardeos continuos de los alemanes y la presentación de unos personajes que existieron todos (salvo quizá el comisario) creo que la película se pasa por el forro cualquier rigor histórico.

La crudeza de la guerra en Salingrado será mostrada solo durante los primeros minutos.
Para empezar, no entiendo porqué parece que la persona al mando de la defensa de Stalingrado es Khrushchev cuando en realidad lo fue Vasily Chuikov. El propio Chuikov en sus memorias le nombra solo como un comisario del NKVD, como un enlace con Moscú.

La historia que cuenta la película no tiene rigor histórico y aún se debate si es real o fue propaganda soviética. Supuestamente la mirilla telescópica del mayor de las SS Erwing König se puede ver en un museo de Moscú. Pero hay muchos detalles que contradicen la historia o por lo menos hacen dudar sobre ella. Para empezar, que los soviéticos decían que König había matado 400 objetivos, pero en realidad el francotirador con más objetivos confirmados del ejército nazi era Matthias Hetzenauer. Según el libro Stalingrado de Antony Beevor es muy raro que sea la única historia de francotiradores no documentada de Stalingrado y que todo lo que se sabe de ello venga de parte de la propaganda y no de documentos oficiales. Además, la existencia de este mayor de las SS no está documentada según tengo leído.

En definitiva, lo que podía haber sido una gran película de francotiradores se diluye con una historia de amor alargada de forma innecesaria, una vitalidad y una felicidad que dudo se experimentara en Stalingrado, un ritmo de guión muy pesado, un giro de actitud en el Mayor Köning sin sentido y una banda sonora muy cansina.

NOTA FINAL: 5 sobre 10

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